5 de octubre de 2015

IBEYI

Dos Orishas gemelas presiden una ceremonia de santería Yoruba en la que los instrumentos musicales y las oraciones a través de cantos son esenciales para llegar al trance en el que recibimos de la divinidad. Para el ritual, fusionan música Yoruba con lo más ancestral de la percusión y Soul con lo más contemporáneo que representa un sampler.

Esta fusión es el resultado de una generación que sigue sembrando las semillas con las que madres y padres se atrevieron a innovar. Niñas y niños que han crecido escuchando en su círculo más cercano tocando algún instrumento o sintiendo géneros que van desde el Jazz, al Son cubano, hasta el Rock setentero.


Este es el caso de Naomi y Lisa-Kaindé, nietas de un saxofonista cubano, e hijas del brillante percusionista cubano Miguel Aurelio Díaz, conocido como Angá, músico junto a Steve Coleman, Roy Hargrove o Cachaito, y por derecho propio, miembro de Buena Vista Social Club y de Irakere.

Sin duda, se trata de la llave precursora en el camino de las hermanas Ibeyi. La influencia de su padre es raíz indiscutible, el maestro de las 5 congas defendía el hermanamiento de la percusión con cualquier tipo de música y la habilidad de poder fusionar África, Cuba y el Hip Hop. Sus intenciones se convirtieron en realidad con el único disco en solitario de Angá, titulado Echu Mingua, una misa espiritual, un llamamiento a Eleggua, quien abre y cierra nuestros caminos. En el estudio participaron instrumentos de cuerda, de viento, numerosa percusión africana y el DJ francés Dee Nasty.

La pieza mágica del álbum la compone el homenaje a John Coltrane al recrear A Love Supreme al puro estilo Angá. El último disco deseado para el saxofonista hubiera llevado el titulado "Africa", en el que contaría con percusión y armonías propias, y en este sentido, Angá hizo realidad su sueño.


La madre de las gemelas, también cubana, sería quien encendió la luz a la formación brindándole su nombre: Ibeyi, o Jimaguas, en lengua yoruba, hermanas gemelas cuyos orishas personifican la prosperidad y la suerte.

El pueblo Yoruba, originario de Nigeria, viviría una de las etapas más negras de la Historia, la de los cazadores europeos de esclavos africanos a su partida hacia América. Les llevaron a colonias francesas, inglesas, portuguesas y españolas, donde las tradiciones sobrevivieron con gran fuerza. En Cuba, Haití, Brasil o Trinidad, la cultura, música, y los mitos de los yorubas se arraigaron con fuerza hasta nuestros días.

En Cuba, dado que los europeos no permitían a los esclavos adorar a sus dioses, se vivió un proceso de sincretismo de la religión yoruba con la católica, identificando a las deidades con los santos cristianos. Obligados a bautizarse, los yorubas siguieron rezando a sus dioses y los orishas intercediendo entre ambos.


Naomi y Lisa-Kaindé, nacidas en La Habana y viviendo entre ésta y París, son estudiantes desde pequeñas de percusión clásica, y de piano y Jazz vocal, respectivamente. Conocedores de sus orígene, de la noche a la mañana se encontraron con el ofrecimiento de la discográfica para grabar un disco. En ambas hermanas renació entonces la fusión que Angá practicaba en vida: Naomi, amante del sonido Hip Hop, downtempo y percusionista, se atreve con la MPC en directo, además de un cajón con el que crea el auténtico Boom Bap y batás africanas; mientras que Lisa-Kaindé, amante del sonido clásico del Jazz de los años 50, es pianista y la vocalista principal de la formación.

Hace un año, en septiembre de 2014, XL Recordings las presentó al público con el EP de adelanto Oya, que contiene dos de los cortes más experimentales de las gemelas, que ponen título a su autodenominación como música negra espiritual contemporánea. Oya fue escrito en una de las partidas de Francia hacia Cuba, con todo lo que supone dejar al otro lado del Océano, en un arrebato de rabia pide a la diosa del viento Oya que la lleve con ella. El segundo corte, River, es un canto al renacimiento a través de la purificación del agua, donde reside la diosa de la fertilidad y del amor Oshún, a la que rezan en lengua yoruba para cerrar el pasaje.





Pocos meses después, el 16 de febrero de 2015, nació el álbum homónimo de Ibeyi, como si de un ritual Yoruba se tratara. El LP, al igual que las ceremonias yorubas, comienza con un canto a Eleggua, invocando su presencia y bendición para comenzar el camino. Es muy significativo que sea el orisha de su padre Angá, del que toman el relevo, y al que dedican dos cortes del disco. Uno, de agradecimiento y de homenaje, Think of You, en el que samplean sus congas y la oda al ritmo se convierte en un constante recuerdo de él. Otro, donde el dolor de la pérdida de Angá 9 años atrás sale a la luz, Mama Says expresa el dolor de la pérdida de su compañero, y más allá, el dolor de una hija que ve sufrir a su madre.


Los cortes del disco narran historias muy personales de las hermanas, sin embargo, el lenguaje que utiliza Lisa-Kaindé consigue que el espectador se sienta implícito y retratado, al tratarse, por desgracia, de vivencias a las que el ser humano se ve avocado. Así, es de obligada presencia un lamento de reencuentro con su hermana mayor Yanira, fallecida hace dos años, a la que también va dedicado el álbum.

Son retratos de vida, muerte y amor, momentos de éxtasis, de ofrendas y de sacrificios. Cortes hipnóticos como Faithful o Weatherman te permiten nadar y profundizar si estás dispuesto. El LP cierra con un Outro titulado Ibeyi, un canto a sus orishas, dando por finalizada la ceremonia y con el que se cierra la puerta de un ciclo.


Para los amantes de la música en formato físico os animo a conseguir una copia del LP, una edición impecable y muy cuidada, con letras incluídas, que nos transmite la evolución de los ciclos de la vida y del amor, del pasado y del presente.



De cara al futuro, las gemelas sacan la personalidad que las define como jimaguas opuestas, Naomi quiere un segundo disco donde sus samples y el boom bap tenga más presencia, mientras que Lisa-Kaindé apuesta por enlazarlo con sus influencias más Jazz y más clásicas. Lo que la naturaleza demuestra es que los opuestos llegan a converger en un mismo camino y con ello a fusionarse. Ejemplo de ello es un tributo, fuera del disco, al mágico corte de Jay Electronica, Better in tune with the Infinite.



En directo, es donde el ritual de Ibeyi cobra sentido, donde las divinidades yorubas aparecen encarnados en sus emisarios en la Tierra, los orishas. Este año tuvimos su especial y breve visita en el Primavera Sound de Barcelona, una parada muy pequeña para la extensa lista de conciertos que demandan de ellas en Francia, Estados Unidos, Bélgica, Alemania, etc. A pesar de ser un género muy poco cotizado y demandado por el símbolo de su reciente nacimiento, esperamos que nos visiten pronto y que la andadura de Ibeyi nos permita ver un largo recorrido para estas dos grandes amantes y preservadoras de la música y la cultura.